miércoles, 26 de septiembre de 2012

lunes, 17 de septiembre de 2012



LA REGIÓN DE FRONTERA URUGUAY-BRASIL.
LA RELACIÓN BINACIONAL
LA FARROUPILHA

El regionalismo es un comportamiento caracterizado, por la aceptación de la existencia de una unidad política mayor y por la búsqueda de favoritismo y autonomía en las decisiones de la unidad mayor en las políticas económicas y sociales. Por lo tanto, el “énfasis no recae sobre las peculiaridades del folklore, vestimenta y/o lenguaje, sino sobre aquellos factores que pueden demostrarse que afectan las relaciones políticas, económicas y sociales de la región con otras regiones y con la unidad gubernamental mayor, generalmente el Estado-Nación"(Historiador  J. LeRoy Love).
Las relaciones entre Uruguay y Brasil tienen por antecedente la rivalidad entre España y Portugal en el período colonial y abarcan tanto las relaciones de Estado a Estado como las relaciones entre sociedades de ambos lados de la frontera.
Los nexos entre orientales y riograndenses se renovaron durante la revolución artiguista con la aplicación del Reglamento de 1815 y la distribución de tierras en una zona extendida hasta la actual ciudad de Santa María.

Los comienzos del Estado Oriental coincidieron con el surgimiento del movimiento separatista de Río Grande, la revolución farroupilha. En sus inicios en 1833, esta insurrección fue eminentemente reivindicativa pero pronto derivó hacia un proyecto de independencia nacional. La idea propuesta de conformación de una unidad política nueva, con sistema republicano y una base territorial que integraría a Uruguay y Río Grande, es indicativa de las visiones que se alentaban sobre el escenario regional.
 Las guerras civiles posteriores a la Guerra Grande tuvieron consecuencias en el territorio fronterizo, no sólo porque en ellas participaron combatientes que procedían de una y otra parte, sino porque muchas veces la organización de la guerra se cumplía en el territorio vecino, con recursos y apoyos logísticos diversos. Ejemplos de esta práctica fueron las revoluciones de Flores aunque en ese caso, al apoyo local se sumó el respaldo activo del gobierno central en Brasil. Las revoluciones de Timoteo Aparicio y de Aparicio Saravia contaron con apoyo local desde Río Grande, a la vez que muchos orientales de frontera, entre ellos los hermanos "Saraiva", participaron en la revolución federalista de Río Grande en 1893. El liderazgo regional de esta familia es registrado en la historiografía brasileña (Coronel 2010).

En la zona de Rio Grande do Sul y norte del Uruguay en los años de 1830 suceden distintas confrontaciones en diversos ambientes simultáneos.
La indefinición de los límites geográficos y la autoridad de gobierno, hace que una vasta zona se encuentre en una situación por lo menos confusa. La banda oriental española incluía a Río Grande en tratados anteriores y hacía poco pertenecía al Brasil, aunque lejano al gobierno de Río de Janeiro. Portugal y España, en manos de Napoleón no estaban en condiciones de combatir ninguna idea separatista. El tratado de “Tordecillas” había caducado.
Como en toda América, las luchas políticas e ideológicas eran entre liberales y conservadores. En Río Grande pasaron a ser Caramús y farrapos según los despectivos adjetivos de sus opositores.
Entonces concepciones de Imperiales y nuevas ideas republicanas; cristianos y masones; intereses económicos franceses ingleses; todos en conflicto luchaban por afirmar sus respectivos intereses.
Un factor clave en el inicio de este conflicto fueron los impuestos diferenciados del gobierno del Brasil a la producción de saladeros de carne, que normalmente eran para el consumo interno brasilero en contra de los saladeros argentinos y uruguayos, castigaban al comercio de los fazenderos locales.
También estaban los intereses de los países vecinos apoyando y oponiendo según su entender, en su desarrollo económico, buscando apoyos políticos, en un convulsionado mapa geográfico
Personajes que se entremezclan. Uruguayos como Presidente Fructuoso Rivera, con apoyos del los conservadores imperiales brasileros. Oribe con el apoyo del presidente Argentino Rosas y que apoyaba a los farrapos, mas no tanto, que pudieran volver la idea de Provincias Unidas del Río de la Plata de Artigas, resultaban en una serie de hechos curiosos y algunas veces fortuitos. Varios militares y caudillos riograndenses tuvieron una importante actuación militar anterior, entre ellos Bento Gonçalvez que había sido parte de la lucha por las ideas de las Provincias Unidas del Rio de la Plata
Lo destacado es que durante 10 años ideas separatistas en el sur del Brasil intentaron ser una República independiente, de origen liberal y que por unos meses/años el mapa geográfico de Améríca tenía un país más, que fue la República Riograndense y la República Juliana cuyos presidentes fueron Bento Gonçalvez da Silva y Gomes Jardim.
La revolución, de carácter republicano, influenció movimientos que ocurrieron en otras provincias brasileñas, en São Paulo en 1842 y la “Sabinada” en Bahía en 1837, ambas de ideología liberal.
La Guerra de los Farrapos o la Revolución Farroupilha son los nombres por los cuales se conoció el conflicto republicano y posteriormente separatista ocurrido entre el 20 de septiembre de 1835 y el 1 de marzo de 1845 en la entonces provincia de Río Grande del Sur, alcanzando la región de Santa Catarina (República Juliana) al sur del Brasil.
Tuvo como líderes el general Bento Gonçalves, general Antônio de Sousa Neto, coronel Onofre Pires, coronel Lucas de Olivo, diputado Vicente da Fontoura, Pedro Boticário, general Davi Canabarro, coronel Corte Real, Coronel Texeira Nunez, coronel Domingos de Almeida, mayor Vicente Ferrer de Almeida,coronel Domingos Crescêncio de Carvalho, general J. Mariano de Mattos, general Gomes Jardim además de recibir inspiración de italianos de la Carbonaria refugiados en la región, y la ayuda del republicano Giuseppe Garibaldi.
Los ríograndenses, los habitantes de la campaña, tenían mucho de común con los pobladores rurales de las Provincias Unidas del Plata: eran gaúchos, tan de a caballo como los gauchos de las cuchillas orientales o de la pampa occidental; vestían bombachas, usaban el lazo, bebían mate y expresaban en un portugués de acento sudista. Hasta su manera de combatir era, el clásico entrevero de la “montonera”: grupos de jinetes cargando de sorpresa, para desbandarse y rehacer el ataque inmediatamente.
Los gaúchos, la gran mayoría de la provincia, fueron el fermento y el apoyo de la revolución: por eso se la llamó despectivamente de los farrapos. Sólo una minoría de habitantes de las ciudades, apoyados en funcionarios y militares imperiales, permaneció leal a la unidad brasileña: se les dijo caramurús, como a los portugueses de los tiempos coloniales.
En la época del período de la regencia en Brasil, el término "farrapo" (harapo) era despectivamente imputado a los liberales por los conservadores (caramurus) y con el tiempo adquirió una significación elogiosa, siendo adoptada con orgullo por las dos partes.
 En 1835 se inicia en Río Grande la guerra separatista de los farrapos. El jefe es Bento Gonçalvez da Silva, todo un caudillo rioplatense: estanciero de pocas palabras, su gran prestigio –por sereno, valiente y servicial– estuvo entre los gaúchos de la campaña, no entre los doctores y comerciantes de Porto Alegre y las ciudades de la costa; y se entendió mejor con los estancieros como él que gobernaban en el Plata, que con los políticos y cortesanos de Río de Janeiro.
Llama la atención el nombre de Giuseppe Garibaldi en esta contienda mas por su fama en otros lugares, pero el Partido Liberal estaba ligado con parte de la masonería, y pertenecía al grupo con ideales de igualdad, libertad y fraternidad, ideales republicanos que también difundían en América.
La insurrección de Río Grande fue precedida por un acercamiento de los farrapos con los orientales y argentinos; pues nada querían saber aquéllos con Río de Janeiro, extraña por cortesana y alejada por la distancia, y mucho los acercaba en cambio a sus vecinos del sur: las estancias ganaderas de Río Grande poco tenían de común con las fazendas y engenhos del norte donde se plantaba y elaboraba el azúcar y el café. Era otra manera de vivir y otros ideales.
En Uruguay Fructuoso Rivera seguía los lineamientos del Imperio y los caramurús (y todo lo que le viniera a su alcance). En Argentina, el presidente Rosas y Oribe encontraban afinidad con los farrapos de Bentos Gonçalvez.
Comienzan las primeras escaramuzas que no son favorables a los farrapos. Porto Alegre cae en manos de los conservadores y apresan a Bento Gonçalvez. A pesar de ello y para levantar la moral, el coronel revolucionario Souza Netto proclama el 11 de septiembre de 1836, después de derrotar a una partida imperial en Seival, la “República Independiente de Río Grande”. El 6 de noviembre se instala en la villa de Piratinim el “Congreso Nacional” de la nueva República: bandera (oro y verde, atravesada en diagonal por la franja punzó), escudo, constitución, representantes diplomáticos, etc. A pesar de estar preso, Gonçalvez es elegido presidente, reconociéndolo caudillo de Río Grande y en su ausencia ejercerá un vicepresidente.
El 14 de noviembre el ministro de Relaciones Exteriores de la nueva República, José Pinheiro de Ulhoa Cintra, envía a Buenos Aires al médico José Carlos Pinto portando a Rosas la comunicación oficial de la independencia. Pero Rosas, envuelto en la guerra con Bolivia, no puede tomar en 1836 una actitud definida de protección a Río Grande, que lo llevaría a una guerra formal con el Imperio. Se limita a recibir “particularmente” a Pinto, y a ofrecerle bajo cuerda la ayuda posible.
Bento Manuel (otro Bento) apoya al Imperio y a Rivera. Consigue apoyo de 300 hombres para terminar con Oribe. Pero…cuando aún no habían cruzado la frontera se produce un cambio radical en la guerra de los farrapos: Manuel, disgustado con el Imperio, se pasa con su ejército a los republicanos y jura fidelidad al Río Grande Independiente (marzo de 1837). Significa la victoria para éstos. Junto con Manuel, Rivera y Lavalle se encuentran inesperadamente convertidos de caramurús en farrapos.
En noviembre Gonçalvez escapa de su confinamiento en el Fuerte do Mar de Bahía y consigue volver a Río Grande a ponerse al frente de la República. Al mismo tiempo llega un italiano de espíritu aventurero y rara habilidad, a quien Gonçalvez propusiera ejercer el corso con la bandera independiente. Es José Garibaldi. Al poco tiempo se ha hecho de una escuadrilla y siembra el terror en la laguna dos Patos.
La causa comprometida, ahora está fuerte. En 1839 Garibaldi por agua, y el general farrapo David Canabarre por tierra, se apoderan de la provincia de Santa Catalina; la independizan de Brasil con el nombre de República Juliana, y la federan a Río Grande.
En 1839 la República Riograndense formó una confederación conjunta con la República Juliana, la cual fuera proclamada ese mismo año, en Santa Catarina, y cuya capital era la ciudad de Laguna.
La conversión de Manuel provoca un vuelco en la actitud de los farrapos hacia la Confederación y el Estado Oriental. Manuel convence a Gonçalvez que es preferible la alianza de Rivera y Lavalle, que la federación con Rosas y Oribe. Aquellos dependerían de Río Grande que los ayudará a tomar el gobierno. José Mariano de Mattos, dirigente de la masonería de Río Grande y partidario de la nueva política, ocupa el ministerio de Relaciones Exteriores: el 21 de agosto de 1838 firma con Andrés Lamas, representante de Rivera, y Martiniano Chilavert de Lavalle, un curioso tratado de ayuda militar y política. Río Grande apoyaría a Rivera y a Lavalle, y éstos a su vez a los farrapos.
Por disputas entre franceses y argentinos, Oribe presionado tiene que dejar la presidencia. Rivera pasa a ocupar el gobierno de hecho del Estado Oriental. Este llegaba comprometido más o menos secretamente con todo el mundo: unitarios argentinos, farrapos riograndenses, imperiales brasileños, franceses. Se comprometía con todos, para no hacer nada a favor de ninguno.
 Después de su apogeo en 1839, la revolución de Río Grande empieza a declinar La República Juliana tiene una efímera vida de cuatro meses, pues la antigua Santa Catalina será prontamente reconquistada por los imperiales. En 1840 Bento Manuel, en otra de sus rápidas y originales conversiones, abandona a los farrapos resentido por no encontrar el puesto a que se consideraba acreedor; promete formalmente, no obstante, no tomar las armas a favor de los imperiales. Por esa defección los farrapos pierden la posesión de la ribera y se constriñen a defenderse en el interior. El 18 de septiembre de 1841 Garibaldi, tal vez porque la pérdida de la costa impide sus expediciones de corsario, escapa hacia Montevideo y desde allí se disculpa con el Imperio y obtiene su perdón. Ofrecerá luego sus servicios y su escuadrilla corsaria para hostilizar a la Confederación Argentina, que Rivera acepta complacido.
En octubre Vicente Fontoura, es comisionado por los farrapos para negociar las definitivas condiciones de paz. Conferencia con Caxias en Bagé; las propuestas son aceptables: a nadie se perseguirá por la rebelión, los rebeldes serán admitidos en la guardia nacional, ejército de línea y en los cargos públicos, en el mismo pie que los leales. Los farrapos son dueños del interior y los caramurús de la costa, posiciones que no han variado mayormente en los años de lucha. Aprovechando la tregua, Chico Pedro cae sorpresivamente sobre el campamento de Canabarro y se da el gusto de destrozar al último ejército republicano. Caxias lo desaprueba con estrépito, pero el destemido guerrilheiro con sus fuerzas irregulares está bajo el control del jefe imperial. Será premiado con un título de nobleza: barón de Sacuhy.
La historia de la Revolución Farroupilha fue narrada en La casa de las siete mujeres (en portugués A Casa das Sete Mulheres), novela histórica de la escritora brasileña Leticia Wierchowski. La novela narra la vida de siete mujeres de la familia de Bento Gonçalves da Silva. Ellas habitan en la casa de la hacienda familiar, protegidas de los posibles ataques de las tropas imperiales. En medio de la historia, Giuseppe Garibaldi se enamora de la sobrina de Bento que concluye en una serie de amores cruzados.
Actualidad.
   
Lo que ocurre hoy en la frontera es una fiesta, que alrededor del 11 de setiembre  se realiza en conmemoración de la Republica Riograndense.
Tanto en Rivera-Santana, como Aceguá, o Porto Alegre se realizan distintas actividades de confraternidad entre Uruguay y Brasil. En Aceguá la semana Farroupilla es el evento cultural mas importante del año. Semana de bailes, comidas, música, pencas, caballo, niños, Elección de “prendas”, y grupos musicales  que actuán en la semana entera.
Los puestos tradicionales  se implantan en la línea divisoria, traen la llama farroupilla desde Laguna y la cuidan y alimentan hasta el último día de fiesta. Los distintos CTG (Centros de Tradicionalistas gaúchos) se convierten en lugares e encuentro y camaradería.
Cierra un desfile de 500 caballos y carros antiguos.
Orgullosamente visten como gauchos de ambos lados de una línea que bien pudo no existir.

Bibliografía:

Wikipedia

LA REGIÓN DE FRONTERA URUGUAY-BRASIL Y LA RELACIÓN BINACIONAL: PASADO Y PERSPECTIVAS  Isabel Clemente